Poco conocemos de las aves que vemos mientras caminamos por Mahahual, una de las más vistas son los cenzontles o sinsontes (Mimus poliglottos).
Cuenta una leyenda purépecha, que cuando la diosa Nana Kuerari esperaba a su primer hijo, quedó fascinada por el canto del cenzontle, así que lo posó sobre su hombro para poder escucharlo mientras ella pintaba de mil colores a las aves de la tierra, al terminar su tarea notó que la pintura se había acabado y el cenzontle se quedó sin colores, fue por eso que los dioses lo premiaron con mas voces para poder cantar al dios del viento, del agua y el aire.
Estas aves de color gris, con plumas negras y blancas en la punta de las alas y cola, son nativas de America del norte, America central y el caribe.
Resulta fascinante la cantidad de sonidos que pueden hacer, entre 50 y 200 cantos, de ahí su nombre latino que es poliglotos, por las mañanas es cuando podemos gozar de su canto y también cuando el sol esta sobre el horizonte.
Comiendo principalmente insectos y bayas, es como se mantienen con vida estas bellas aves, construyen nidos de ramas en arbustos o árboles de follaje espeso, cuidando agresivamente sus nidos de otras aves o animales.
Cuando necesitan ayuda llaman a mas cenzontles de territorios cercanos para atacar y ahuyentar al depredador, emitiendo un sonido característico. Tienen la capacidad de imitar a otras aves, sonidos de animales e incluso sonidos de m´quinas.
Les gustan los lugares altos, así que pongamos atención la próxima vez, tal vez veamos alguno en una rama o en algún poste de luz.